viernes, 7 de agosto de 2015

Estalló el calefón.

Y al parecer vivimos en una vida llena de estereotipos. Eso a Alicia le parecía ilógico porque la esencia de la vida, realmente la esencia de la vida es vivirla; no desear el iphone seis porque ¡wow, que smarphone inteligente!, la inteligencia la tenemos nosotros. No se trata de que el asunto del día sea el beso entre dos nenas que impactó a todo el Barrio. Ni Miguel que es un adolescente que a falta de cariño por parte de sus padres le muestra el pene a toda mujer que pase por su casa. No.  Somos personas que debemos aprender, amar, pensar, sentir, vivir. ¿Por qué nuestra vida se basa en quejas? ¿Por qué no simplemente vivir? Simple, simplicidad, uff, ¡¡qué palabra tan linda!! Qué linda la gente simple - pensó Alicia.
Su mamá dio borrón y cuenta nueva en su vida.... Ya pasó un año de todo el horror, de toda la angustia, Un año llevó que Alicia pase de ser una niña a tener que comportarse como adulta, a tener que hacer tareas de adulta, ya le daba igual, ya todo le daba igual. 
No le importaba si el niño lindo de su vecindario la miraba. Ya no le importaba combinar su ropa con moñas en su pelo, aunque su padre una vez le dijo "Una verdadera mujer es fiel a sus principios", Y así era. Carácter fuerte, un pensamiento profundo que rompía barreras entre lo que los niños podían saber, y lo que no. Pensamientos que abarcaban desde el porqué a los hombres les interesaba tanto una mujer sin ropa, hermosa, que había visto en una revista que su papá miraba siempre, algo que empezaba por Pl, P.... Play, sí, Play.... Playboy, así se llama.  
Pero el misterio continuaba, ese profundo, incierto, ese misterio a la vida.
La mamá de Alicia conoció a Ruben, un veterano de cincuentitantos. Cara arrugada, sonrisa infeliz. No daba muchas demostraciones de afecto, pero Alicia pensaba que era buena persona. De esas personas que "nunca se sueltan", se limitan a respirar y hacerse cargo de sus responsabilidades. Una persona a medias, digamos. Ruben era viudo; trabajó en misiones de guerras toda su vida, hecho que le provocó una lesión grave en su rodilla que le dificultaba el caminar, pero hecho también por el cual por lo menos, el Estado le brindaba una pensión. Alicia no sabía el monto exacto de dinero, bueno.. en realidad cuando se trataba de dinero a Alicia  poco le importaba. Sabía que esa cosa era la causante de tantos estragos. Esa cosa provoca que la gente sea boba, infeliz, poca cosa. Pero, al menos sabía que gracias a su pensión Ruben brindaba lo necesario para su familia, 
Freddy, su hermano mayor estaba en plena adolescencia. Como el épico adolescente su vida se basaba en encontrar revistas eróticas ocultadas por ahí y masturbarse. Alicia ya sabía sobre el tema, lo leyó en un libro que tomo "prestado" del cuarto de su mamá. Cada vez que se insinuaba sobre el tema Freddy quedaba rojo como un tomate, no podía hablar, titubeaba, se ruborizaba casi hasta explotar. Con el tiempo, debido a la obviedad del tema y la necesidad de una charla, Ruben se dispuso a ponerse en el papel de padre y hablar con Freddy sobre el tema sexo. Sobre la charla nunca se supo, y Freddy, bueno, Freddy siguió masturbándose mucho.
Las fechas festivas eran pésimas, las pasaban con la familia de Ruben, los De los Santos. Los padres de Rubem, Aroncina y José eran típicos viejos de mentalidad renegrida. De clase media alta, totalmente inconformes de que su hijo mayor se casara con una mujer divorciada y con tres hijos para criar. Pasaban momentos falsos de risas fingidas, temas aburridos y música berreta.
Ya era casi hora de irse cuando la conversación se inclina hacia un tema que llamó la atención de Alicia y la hizo dejar de lado el libro que se estaba ganando su atención últimamente <<La ciudad y los perros>>, hablaré de él en algún momento.
- "Las cosas han cambiado, señores.... Ya a nadie le importa el placer,la virginidad de la mujer, el respeto del hombre. En mi época las parejas se escondían para hacer sus cosas, inclusive para agarrarse de la mano. Y ¡¡ay!! si tuvieran relaciones antes del casamiento. Pecado absoluto" -decía, mientras abría los ojos enormes como para ser más llamativa, la arrogante madre de Ruben, Aroncina de los Santos.
- "Toda la razón, querida" - Dijo su esposo, José, asintiendo con la cabeza y poco más con las manos, porque pobre de él si  no le diera la razón a su esposa. 
Aroncina era la calcomanía de la mujer de los años cincuenta. Comportada, su ropa no podía llamar mucho la atención, no podía salir del parámetro normal, ni colores llamativos ni ropa muy expuesta. Guardó su virginidad para el hombre con el cual se casó, sexo para reproducirse y escasas veces por placer, pero obviamente que ni posiciones raróficas ni mucho menos palabras obscenas porque ella era una mujer que se hacía respetar.  Observaba el panorama de su vecindario desde la ventana del baño, que aunque era chica, daba y sobraba para esconderse y observar. Hecho que vale destacar porque gracias a él Aroncina descubrió que su vecina Rosa salía a las 18.00 hs de su casa y volvía a las 22.00 ¿Como podía ser que esa mujer pasara tantas horas fuera de su casa? ¿Que pensaría la gente que la viera? ¡Qué mujer loca! No es consciente de las cosas que la gente puede llegar a pensar.
Pero estaban todos sentados en esa espantosa mesa, en un ambiente falso y tan limpio que las copas brillaban e encandilaban pero tan sucio que te provocaba náuseas estar rodeado de gente tan fea. Y fue en ese momento que estalló el calefón.
- "Qué queres que te diga, la sociedad está perdida" -dijo Aroncina.
- Si sigue existiendo gente como usted lo estará pronto. Dice sin detenerse Alicia.
Nadie si quiera había prestado atención en Alicia, que estaba profundamente hundida en su libro, sin embargo al escuchar semejante cosa, sus ojos se desviaron del libro y sus palabras no pudieron quedar guardadas. Y siguió.
- El sexo no es un tabú. Hay gente que paga por sexo, gente que se vende por sexo, gente que vive del sexo y muchas otras disfrutan de él. Diversión, negocios, ¿que más da? La vagina de la mujer no es un cofre de oro; no pueden seguir inculcándole la idea de probarse, de guardarse, de esperar al hombre indicado. Porque, principalmente, una mujer nunca, jamás, bajo ningún criterio debe esperar a un hombre. Somos y siempre hemos sido lo suficientemente capaces e independientes para cuidar, y decidir sobre nuestro cuerpo. Sexo, sexo rápido, lento, salvaje, con pasión. Sexo en fin, sin tabús, sin miradas raras. Sin caras impresionadas por la simple palabra sexo. Repítanlo conmigo, S E X O. - Alicia hablaba rápidamente, sin ni siquiera pestañear.
No hay palabras para describir los rostros de todos. Impactados, sí, impactados, esa es la palabra adecuada.
- Y déjenme decirles, ya que estamos. Que nada está perdido. La vida es ilógica y el pensamiento cambia, todo cambia, todo pasa.  Si yo estoy con una persona por el simple hecho de querer estar, sin sentir amor, sin querer casarme, ni querer tener hijos, o perros, o si siquiera pensar en un futuro. Está bien, estoy bien  No quiero ser parte de un mundo que me obliga a pertenecer a él. No soy más yo por vestirme igual que los demás, por escuchar la misma música, por frecuentar los mismos lugares. Ni que me obliguen a salir en busca de un marido para sentirme más mujer. Ni a tener hijos para no ser solitaria. Quiero poder reírme a carcajadas y usar ropa ajustada. Voy a ser libre, voy a respirar con ganas. De mí depende todo, y yo decido hoy sentada en esta mesa que jamás, bajo ninguna circunstancia, quiero ser una persona aburrida como ustedes. Y les deseo desde el fondo de mi corazón que salgan de esos cuerpos inventados, de esas vidas mediocres, y vivan, como puedan, pero vivan.

martes, 23 de junio de 2015

El fuego es amor y el fuego también mata.

Observaba y me fascinaba. Algo que quema, algo que mata, algo que da en sí cierto placer -El fuego-. 
Alicia se sentó como indio y contempló un fenómeno natural, una fogarata. Poco sabía Alicia del amor, pero para ella, era como el fuego. Algo que puede dar mucha felicidad, y algo que te puede matar de dolor. Porque el fuego, da felicidad. Y es algo que Alicia podía contemplar claramente con facilidad. Al pasear por su barrio, la visión panorámica era de casas prefabricadas, con chimeneas que humeaban sin cesar. Al cruzar por las casas y mirar por la ventana, se podían ver familias al rededor de la estufa, mirando el televisor, hablando entre sí, cenando, haciendo todo lo que fuera posible al rededor de ese fenómeno que da calor, que une, que abriga.
Ya de amores, lo único que Alicia sabía era lo que leía en sus libros; parejas que luchan para vivir una vida juntos, felices. Sin embargo nunca estuvo de acuerdo con la idea de "mitades de una naranja", porque pensaba <<El amor lo es todo. ¿Por qué buscar una mitad? ¿Por qué una mitad?. Estamos hecho de amor, somos amor. No me gusta la idea de salir por el mundo en busca de otra mitad>> Porque Alicia creía en nada menos que en el amor propio, el amor hacia uno mismo, el quererse, aceptarse, y entender que más allá de encontrar una persona con la que te sientas feliz, tenes que encontrar la felicidad dentro de vos mismo, si no te querés, menos podrás querer al otro. -decía-.
En ese mismo momento, mirando esa hermosa, enorme, caliente, penetrante llama, recordó. Recordó el nacimiento de Freddy, su hermano menor. Poco entendía de la situación, aunque sus papás le habían explicado vagamente la idea de que un hombre y una mujer podían tener bebés "Era un regalo de Dios hacia la gente grande". Y la gente grande <<hacía cositas>> por las cuales en cierto momento, cuando la panza de la mujer no daba para más, el bebé salía, el regalo salía al mundo.
Pensó en cosas felices, porque era algo que su papá siempre le decía. Pensar en el mal, atrae mal, pensar en cosas lindas, atrae cosas lindas. Sin dudas su papá era su héroe. Porque todos tenemos un héroe, el de Alicia, era Enrique. Y no podía ser menos. Enrique le enseñó a Alicia más allá del mundo. Le enseño a no ser una persona más parte del mundo. Le enseñó a leer, escribir, ser educada, a ser feliz.
Pero Enrique, un viernes 13 a las 22:34 pm.  Sentado en un bar de Filadelfia, llamado "Babilonia". Cambió su vida.
No le bastó el Whisky Johnnie Walker negro, que pidió otro. Y como si fuera poco se tomó tres tequilas más, y ron, y, y, y... 
Claramente no logró volver a su casa esa noche, claramente las cosas no estaban bien en su vida. Claramente Enrique había llegado al fin del pozo. El hecho de no conseguir trabajo lo hundió, le movió el mundo de lugar. Lo desesperaba el hecho de sentirse miserable, de no tener un trabajo con el cual sustentar su familia, lo que tanto amaba. Se sentía poco hombre.
 Ese viernes 13 a las 22:34 pm, el héroe de Alicia comenzaba a poner fin a su vida, lentamente, poco a poco, sin darse cuenta.
Emborracharse hasta las patas se volvió su rutina, paralelamente, quedar expectante de noticias de su marido, al mismo tiempo cuidando de tres niños de los cuales dos pedían explicaciones del paradero de su papá, se volvió la rutina de Mónica, su esposa.
Alicia siempre fue una niña inteligente. Rápidamente notó actitudes sospechosas, su papá se hacía ausente, su mamá era prácticamente una madre soltera. Pero eso no bastó, las dudas ya dolían, por las noches se podían escuchar los llantos de Mónica. Las noches se hacían tristes, por las noches la Soledad y la Tristeza aparecían a darse una vuelta. Se volvieron amigas.
Enrique daba asco, el héroe de Alicia se parecía ahora al viejo de la bolsa con el cual asustan a todos los niños para que se porten bien. La barba tenía casi vida propia. Su cabello no veía un peine hacía más de un mes; lo que eran antes rulos hermosos que le daban personalidad a Enrique, ahora habían criado forma, volumen, y tamaño. Hedía a todo menos a limpio, no lograba retener la atención en un tema por más de diez minutos seguidos. Enrique realmente daba asco.
En un intento de domingo en familia, Mónica comenzó a cocinar la cena con la ayuda de Alicia mientras Freddy cuidaba de Dante. Enrique apareció, sobrio pero con más ganas de estar ebrio que de vivir. Comenzó a quejarse, comenzó a gritar. El domingo se hizo gris. La "pareja", se ocupó de llevar y resguardar a los niños en la habitación, mientras que ellos dos discutían, gritaban, lloraban, hasta que ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡BOOOOM!!!!!!!!!!!!
Mónica había sido aterrizada al piso por una piña de Enrique. Sí, el héroe de Alicia era ahora un villano malvado. Lo que Alicia tanto amaba era ahora su mayor miedo.
Y Alicia entendió al fuego, entendió el dolor en la cabeza de su mamá. Entendió que el amor es la cosa más rara del mundo, es también la más bella, y sin lugar a dudas la más dolorosa. Cuando se ama se entrega todo, amar te hace volar, te hace creer, te hace soñar en todo sin medir absolutamente nada. Pero amar, a veces te mata. Y te mata de tal manera que no volves a ser el mismo, nunca más.
El domingo era ahora negro. El domingo nos mató un poco a todos esa noche.
Pero Alicia creció, de cierto modo pudo ver en carne propia la transformación de Héroe a Villano, del bien al mal, de la felicidad a la tristeza. Pero una parte de Alicia murió para siempre. Una parte que nunca más volvió; la inocencia. El hecho de creer en ese hombre no sólo por verlo desde el primer instante de su vida. El hecho de enamorarse plena y completamente de él, confiarle el mundo, seguir sus pasos, su mirada.
 Alicia tuvo que ver al ser más amado de su vida, pegarle a su mamá.
Alicia maduró. Alicia lloró mucho. A Alicia, el mundo se le vino abajo en cuestión de segundos, ya no cree en Dios, ni en Héroes, ni en nada.

viernes, 22 de mayo de 2015

Alicia y la felicidad

Alicia y la felicidad

Alicia salió de su casa a las 7:00 am como todos los días, a buscar la medialuna de jamón y queso que ya formaba parte de su rutina, en la panadería de Don Juan, un simpático señor de unos cincuentitantos años de edad que había quedado viudo. Su mujer, Marta, murió a causa de cáncer de páncreas, hacia ya unos meses. Don Juan, a pesar de extrañar a su querida y amada compañera, seguía fuerte, a pesar de no tener hijos y mucho menos nietos a quien brindar parte de su extenso tiempo libre. Sin embargo, Don Juan se dedicaba totalmente a su panadería, hacía los mejores bizcochos de la ciudad y también, esas hermosas medialunas de jamón y queso que a Alicia tanto le gustaban.
Alicia forma parte de una familia de precaria situación económica, hermana de dos varones, Freddy, de catorce años, y Dante, de tres. Ella era la hija del medio, con diez años, pero con una inteligencia impresionante, era, quien muchas veces, se encargaba de cuidar de Dante, su hermano pequeño. Sus padres Enrique y Mónica, obtuvieron por parte del Estado una vivienda, modesta, a la cual mantenían siempre limpia, y con el lema no solo obligatorio sino fundamental; en su vivienda siempre, y sin  ninguna excepción, podía faltar felicidad. Echo irónico cuando se tiene tres hijos a quienes cuidar y ningún trabajo que brinde un salario a la familia, pero esa familia extraordinariamente, siempre era feliz.
A las 10:00 am Alicia debía acompañar a su mamá al lavadero municipal, donde la mamá lavaba cada día las ropas sucias de la familia mientras que ella cuidaba al pequeño Dante, que tenía una simpatía contagiosa, y raramente lloraba. Ese miércoles, Alicia tuvo la suerte de que la tía Juana se sumó, y quiso ocuparse de Dante, dándole a Alicia un rato libre, para que pudiera pasear. Sin ni siquiera pensarlo se lanzó afuera del lavadero y comenzó su mini paseo; arrancó sin rumbo para cualquier lado, pero con la precaución de ubicar la florería de la madre de Thiago, su amigo de la infancia, que por excelencia era enorme, y preciosa, y aromada, y llamaba mucho mucho la atención de Alicia. Luego de ubicarla, era fácil saber como volver a la lavandería, al fin y al cabo la ciudad era pequeña, cada comercio se situaba a media cuadra de distancia de uno al otro.
Al pasar por la florería, tuvo una breve conversación con la madre de Thiago, de la que jamás se acordaba el nombre.
- Alicia, ¿Cómo estás?
- Bien señora, usted? ¿Y Thiago? No ha ido a casa a jugar por las tardes.
- Thiago esta enfermo pequeña, pero pronto irá a jugar
- Mejoras, lo estaré esperando, adiós,
Era otoño, en la ciudad, predominaban los árboles con hojas amarillas, anaranjadas, rojas, hojas secas caídas por el pasto, por la vereda, una estación a la cual Alicia la llamaba de miedosa, "las hojas de los árboles, temen al ivierno, al frío, temen no poder sostenerse, o no aguantar, por eso, simplemente se largan, sin rumbo, sin saber que pasará con ellas, sin saber donde caerán, eso es tener miedo, eso, es ser miedosas".
Fue directo al Parque de Carrasco, su lugar preferido, y no era para menos. La naturaleza abunda, pero no la naturaleza falsa donde todos van a sacarse fotos y poner que están en paz. Una naturaleza de verdad, pájaros comportándose como que no existiera nadie más que ellos, patos curiosos que se acercaban a la gente a ver si rescataban algo de comer, la gente riendo a carcajadas, olvidándose de que afuera, en la ciudad, existen problemas, horarios, existe tiempo para todos menos para apreciar las cosas que de verdad te hacen feliz, las pequeñas cosas que te hacen feliz.
Alicia se sentó, sola en un rincón, y contempló las familias que allí estaban, familias comunes, de cuatro o mas integrantes, que se sentaban en círculos y hablaban, comían, bebían, conversaban. Y Alicia pensó que no tenia condiciones para ir a estudiar, ya que el dinero no daba para otra cosa que no sea subsistir. Sintió falta de no tener una bicicleta para pasear, de no tener un perro para jugar, de no tener un vestido tan lindo, tan floreado, tan rojo como el de la niña que estaba a su frente. Pero Alicia no extrañó tener una familia como esa, porque su familia era hermosa, recordó entonces cada noche cuando su papá se sentaba a su lado en la cama, para contarle historias que el imaginaba en ese momento, historias que quizás el querría haber vivido, o habría soñado, o quizás, simplemente historias que oyó por ahí, porque el dinero tampoco daba para un libro, pero él siempre advirtió a Alicia de la importancia de los libros "En los libros podes vivir, podes soñar, los libros Alicia, te abren la mente, los libros te hacen viajar" -le decía el papá de Alicia- Y así fue, Alicia amaba leer no solo libros, periódicos, todo lo que estuviera a su alcance.
Entonces, recordó algo que leyó en un libro hacía ya un tiempo "¿Qué es la vida? ¿Qué es la felicidad?" Sentada en el parque, pensó entonces que quizás la vida era eso, era saber que la felicidad depende de nadie más que vos, y el rumbo de tu vida es tu decisión, pensó entonces, que tal vez la vida era un libro, día a día los vas a escribiendo, elegís el tema, los personajes, la trama, y el final, y que la felicidad está siempre, a veces se tapa con algún obstáculo que elige el "personaje malo" para impedirnos de saber cuan felices somos, porque yo soy feliz, el pato que acaba de recibir un pedazo de pan de un visitante que se compadeció con la cara de bueno que le puso, era feliz, el perro que encontró quien sabe donde un hueso enorme, sucio, sin ningún rastro de carne, pero él lo saboreaba como si fuesen tres kilos de carne vacuna recién carneada, también era feliz. Alicia no tuvo dudas de lo bobo que era el mundo allá afuera, ¿por qué nadie se da cuenta de que es feliz? Alicia no tuvo dudas de que la vida era un libro, de que era feliz mismo a veces sintiendo hambre, mismo a veces no teniendo que comer, Alicia se prometió a ella misma ser feliz, no quería ser como los demás, no quería vivir apurada, limitada por horarios, por normas, por gente que te dice que está bien y que está mal. Alicia supo entonces que allí a su lado estaba la felicidad, y que la vida es eso que pasaba mientras ella era feliz sentada en el pasto del parque Carrasco, un miércoles, a las 11 am.

Es quizás el principio de algo, o solamente algo que un día escribí, pero ciertamente nadie lo va a apreciar más que vos, comparto esto contigo porque me siento cómoda de hacerlo. Gracias :)


miércoles, 25 de diciembre de 2013

"Navidad"

Ni santa claus ni comercialidad, hablemos de la realidad. Ya es costumbre que a todo le pongan drama, que ya no es lo mismo, que todo cambió, que la gracia se fué. ¿Es verdad? No lo sé, creo que no vale la pena estar controlando que las cosas cambien o sean como siempre fueron, las cosa cambian, o bien, nosotros cambiamos, maduramos, crecemos, como lo quieran llamar. No creo que el problema o el cambio esté en las cosas, en el mundo, o en este tipo de fechas, creo que está en nosotros, más allá de que si halla una cierta conexión con lo demás. ¿Por qué a todo buscarle un defecto? ¿Por qué no simplemente vivir? Que creas o no en las cosas no significa que no puedas buscar un lado bueno en ellas. Lo que de verdad importa es vivir, apreciar a las personas que están a tu lado se lo merezcan o no, no vale la pena después andar llorando, hay que vivir mientras se puede, no después de quedar parapléjico, hay que querer a alguien mientras vive, no mientras estés en su velorio, hay que dejar de ser pesimista, y aceptar realmente la vida, con sus buenas y malas, con personas fuertes y falsas, tal  y como es... como todo, buena mala, lenta rápida, increíble, decepcionante.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

El propósito de la vida

Una vez, x persona (no recuerdo quién, seguramente fue más de una), porque a pesar de toda es una frase que deambula por ahí como motivo de ánimo y/o superación, yo que sé. En fin, "lo importante es ser feliz". ¿Será éste el prósito de la vida? Creo que en cierta parte sí, pero ser feliz no es una forma de vida, no realmente. Primero que nada porque pienso que felicidad es un estado de ánimo, no una forma de vida, y segundo, sería aburrido, e ilógico. ¿Qué siempre hay motivos para por lo menos estar bien? Sí, pero seamos realistas y sinceros, jamás estamos felices por mucho tiempo. La vida se encarga de hacer que nuestra felicidad o bienestar dure lo menos e imprescindible, ¡qué perra!. 
La vida va más allá de ir por la calle con una sonrisa idiota  fingiendo que nada te importa. Nada te debe importar, es verdad, las personas siempre te van a juzgar, bien o mal, pero lo harán, está en vos darles importancia. La vida se  basa en proponerte metas, imposibles o irreales, no importa, en vos está llegar a ellas o tenerlas como algo lejano e incapaz de alcanzar. La vida es vivir, es realizarte, prosperar. Pero principalmente, vida es ser vos mismo, no cambiar por la opinión de los demás, no buscar tu personalidad en una revista de eslamoda. Es encontrarte a través de caídas, golpes, aprendizajes. Éste es el propósito de la vida, ser vos y vivir, no fingir, no mentir, no huir.

sábado, 7 de diciembre de 2013

La muerte

A los que todos le tienen miedo, y a los que todo les pasará; temprano, tarde, rápido, lento, doloroso, sin sentido, sorprendente. Las personas se pasan la vida hablando de su muerte generalmente, algo ilógico ya que va a llegar cuando tenga que llegar, sin embargo, la vida pasa.
No le tengo miedo a la muerte, ni de que manera voy a morir. Le tengo miedo a la vida, miedo a fallar, miedo a cambiar, qué a pesar de los cambios sean buenos y necesarios, me refiero a algo definitivo donde ni yo lo entienda, cambiar para mal. Tengo miedo a no llegar a ser alguien, a quedarme en el camino, en el medio de quien fuí y de quien seré, estancada, perdida, derrotada.
Pienso que nadie debería preocuparse por su muerte, es una pérdida de tiempo. Pero la gran cuestión es ésta, ¿Cómo afrontarla? ¿Cómo superarla?. Sin dudas respuesta exactas y correctas no tengo, simplemente tengo mi forma de pensar pobre y un pensamiento precario.
No creo en nada, ni en la vida después de la muerte, ni en el cielo ni el infierno, ni en la otra luz al fin del túnel. Creo en mí, soy mi dios. ¿Egocéntrica? No, decidida y confiada. Soy quien soy, con virtudes y defectos, y una vida destinada a lo desconocido.
Una respuesta sin rodeos, sincera, y directa? SEGUIR ENFRENTE, la respuesta frecuente? Sí, pero no el típico, "Va a estar bien" "Te va a cuidar" "Es una estrella más".  La vida está llena de comienzos y finales, personas salen, entran, se van, vuelven, puertas se abren, otras se cierran. Vida es eso, la rutina cotidiana sin embargo desconocida, nadie sabe que los depara el mañana. Tomemos la muerte como una puerta que se cierra en nuestras vida, la diferencia es que esta no volverá, se irá. Se nos olvida el detalle de se va un cuerpo físico, algo mortal. El alma puede quedar, todo depende de tu forma de pensar.
No pienses que se fue al cielo, no piensen en todo lo que quisiste decir y no se dió, su vida ya pasó, ya se vivió, los recuerdos quedan, como reliquias guardadas por dentro, pero la vida es esto.
No te cierres en ua burbuja, por más difícil que sea, la vida da golpes, lucha contra ella.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Borrón y cuenta nueva? NO, BORRÓN Y OPORTUNIDADES NUEVAS

"Año nuevo vida nueva, borrón y nueva cuenta" ¿Se dan cuenta de cómo usamos pretextos para mejorar nuestra vida o como realmente somos? Un típico ejemplo es fin de año, el fin de los errores, fin de la tristeza, final de un mal año. ¿Por qué nos cuesta tanto darnos cuenta de que siempre van a haber malos y buenos momentos, siempre nos vamos a enfrentar a situaciones donde queramos tirar todo a la mierda porque realmente no vemos una salida, aunque la halla, o todo lo contrario, momentos donde no das más de alegría y anhelas que eso jamás termine. La vida puede no ser un ciclo, que luego de terminar vuelve a comenzar y se repite todo, de hecho no lo es, es algo que tiene un determinado tiempo, y muere. Pero me parece estúpido esperar a fechas o hechos que nos marquen para ver la realidad y hacer promesas que terminamos no cumpliendo. Cada día tiene mil oportunidades de cambiar y mejorar, no necesariamente tiene que ser a fin de año, o en navidad, o cuando se está por morir la abuela. 

Somos tan ilógicos que pasamos la vida pensando en como vivirla.

Cada día, cada minuto, cada segundo, tiene una oportunidad diferente de hacer las cosas bien, de arriesgar, de intentar. No dejes que tu vida se te pase mientras solo haces planes, arriesga, de eso se trata, ganes o pierdas, la cuestión es intentar.